La importancia de la aplicación correcta de las Normas Básicas de Higiene en la preparación de conservas radica en que de estas depende la sanidad e inocuidad con que nuestro producto llega hasta el consumidor final e inclusive nuestro prestigio como productores depende de que se sigan dichas Normas.
Las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) son el conjunto de normas y actividades relacionadas entre sí, destinadas a garantizar que los productos tengan y mantengan las especificaciones requeridas para su uso, ejemplos:
"El envase de polvo para hornear menciona en su etiqueta la cantidad de producto que debe añadirse dependiendo la altura sobre el nivel del mar, y cuando el polvo es de doble o triple acción la etiqueta menciona esta propiedad y las cantidades recomendadas"
"El envase donde tenemos alcohol de caña para preparar licores debe tener su respectiva etiqueta indicando que es alcohol, además de que el lugar donde lo almacenemos debe estar lejos del fogón y nunca al alcance de los niños"
El termino Sanidad se refiere a que el producto no esta contaminado ni física, química o microbiológicamente, siempre va de la mano con la Higiene y las BPM.
La Inocuidad Alimentaria busca la obtención de alimentos que no dañen la salud humana.
En resumen, la aplicación correcta de las Normas de Higiene y las BPM en la producción y manejo de alimentos tiene las siguientes ventajas:
- Reduce el riesgo de intoxicaciones a la población consumidora
- Minimiza pérdidas del producto al protegerlo contra contaminaciones
- Evita al productor sanciones legales por parte de la autoridad sanitaria
- Se crea una cultura de calidad tanto en productores, como en consumidores y en todo el personal involucrado en el proceso productivo.
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